Anualmente genera un volumen de negocio de 27 000 millones, sólo la compra de sus productos derivados como coméstica o joyería supone hasta 10 000 millones
España no es sólo su puerta de entrada a Europa, sino un destino
Coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Medio Ambiente la organización internacional WWF ha iniciado una campaña que trata de concienciar sobre el «negocio de la extinción». Se refiere al tráfico ilegal e ilícito de la vida salvaje. Sus cifras son de vértigo.
De hecho, según esta ong se ha convertido en la tercera actividad delictiva que más dinero genera al año. Tan sólo la supera el tráfico de drogas y armas. Hasta 20 000 millones de euros anuales, y se eleva hasta los 27 000 si incluimos a maderas exóticas y peces. Sólo los productos derivados de esta flora y fauna exótica, utilizados en la coméstica o en joyería son 10 000 millones.
Un papel destacado
Además, nuestro país tiene un papel destacado en esta tropelía humana. Según denuncia WWF, España es la puerta de entrada a Europa de este tipo de comercio. Lo es por su cercanía a África y Latinoamérica. Un dato que refrenda esta afirmación, entre 2005 y 2014, se incautraron en los principales puertos españoles hasta 13.838 especies vivas.
Pero, hay más, esta ong ha detectado que España es el destino más importante del mundo para las pieles de reptil como cocodrilos, pitones o lagartos. Más de la tercera parte de las incautaciones mundiales en el periodo 2005-2014 se dieron en España, seguida de Singapur. Lo que podría demostrar que no sólo somos un país de tránsito, sino que podríamos ser destino de estos productos.
Por otra parte, precisamente, hace unos días la prensa recogía que algunas ong ecologistas ponían a España como ejemplo de país que hacía poco para frenar y luchar contra este atentado a la naturaleza. Y en parte lo explicaban porque no se ponía el mismo empeño en detener a estos traficantes como al de sustancias estupefacientes.
Las víctimas se cuentan por miles
Volviendo a la campaña «Acabemos con el negocio de la extinción» en ella se habla de las principales víctimas de este negocio. En concreto, las mafias comercializan cada año de forma ilegal 1,5 millones de aves vivas y 440 000 toneladas las plantas medicinales. A lo que añadir que matan al año 120 tigres, unos 30 000 elefantes, más de 1 000 rinocerontes y 13 000 pangolines y talan 1 000 toneladas de madera exótica, como el palo rosa.
Señalan, además, otras cifras que tratan de invitarnos a la reflexión. 82 elefantes son abatidos cada día para quitarles el marfil, que luego se utilizará en joyería o decoración. El número de muertes de rinocerontes en los últimos 8 años ha crecido hasta un 9 000%, ya que e se paga por su cuerno hasta 60 000 dólares en el mercado negro. Hasta 3 000 simios son robados de la naturaleza para practicar experimentos o son convertidos en mascotas. En el último siglo la población de tigres ha disminuido en un 97% o unos 100 000 pangolines fueron incautados en 7 años.
Desde WWF se nos recuerda que no sólo pone en peligro la biodiversidad de nuestro planeta, sino que en muchas ocasiones conlleva corrupción, y que incluso, su dinero puedo financiar al terrorismo. Por eso, es importante que todos pongamos de nuestra parte, no consumiendo sus productos derivados ni comprando mascotas exóticas.
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