En 2015 creció el número de personas que llegaron a nuestras fronteras, con 4 000 personas más
Se calcula que hasta la valla de Melilla llegaron unos 7 000 sirios huyendo de las bombas, según el último estudio de Apdha
Durante años la llegada de las pateras ocupaba parte de las escaletas y espacio en las páginas de los periódicos, pero, hoy en día no dejan de ser informaciones anecdóticas. Por eso, la pregunta que surge es si esta realidad sigue existiendo. La respuesta la tiene el último informe de Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía, referido a 2015. Dice que no sólo siguen produciéndose, sino que su número ha aumentado, al igual que la cifra de víctimas que el mar se tragó. Sin embargo, es prácticamente invisible para los medios.
Según, esta ong en el último año hasta 16.111 personas han llegado a España, jugándose la vida. Esta cantidad supone un incremento del 34% en relación a 2014. Y una conclusión más, supone la reactivación de la ruta de Canarias. Ya que durante los últimos años apenas se registraron pateras y cayucos, y ahora se han contabilizado hasta 874 llegadas. Siendo esta vía la más peligrosa.
Ciento noventa y cinco personas no consiguieron llegar a su destino y fueron víctimas de esta peligrosa travesía, de ellas, 73 lo hicieron rumbo a la tierra del Teide.
Los valientes que el mar se tragó
Dentro de este drama, siempre hay un dolor mayor, el no completar este peligroso viaje y morir en el intento. Desde 2009 se cree que el número de ahogados podría rondar los 1.200. De ellos, en 2015 fueron 195, un cantidad muy superior a la de 2014, donde se registraron 131. El problema radica en que esta trágica cuenta es difícil de llevar, porque no siempre se tiene constancia de la salida de la patera ni son devueltos los cuerpos a la playa.
Por ejemplo, se sospecha que sólo en la ruta de Canarias, entre octubre y diciembre del pasado año, pudieron ser alrededor de unas 150. Aunque, no se tiene la certeza al 100% de ello. Sea como sea una sola vida es una gran pérdida, y nadie debería morir en estas circunstancias.
Además, si miramos en el conjunto de las fronteras europeas, habría que sumar como recuerda esta colectivo a las 3 770 que se ahogaron el Mediterráneo Central y en el Egeo. Un número que sigue creciendo. En lo que va de año, la ONU cifra a los muertos en 2 510, en la última semana, unos 700, entre ellos, bebés.
Las puertas al campo
Por otro lado, desde esta asociación se afirma que son inútiles los esfuerzos del Gobierno español para frenar la llegada de personas que buscan una oportunidad. Entre 2005 y 2013 se gastaron 22 000 euros diarios para la instalación y mantenimiento de las vallas de Ceuta y Melilla. Inversión que no ha servido de nada a tenor de los datos. Es más, de los 16.111 inmigrantes que llegaron en 2015, unos 11.000 lo hicieron a través de estos pasos fronterizos. Aseguran que lo único que ha servido es para que España sea pionera en este tipo de medidas, y para no respetar los derechos humanos con las devoluciones en caliente.
Precisamente, desde 2012 la tendecia ha sido al alza. En tres años se ha casi triplicado el número de inmigrantes que han llegado a España de manera irregular.
El perfil del que se juega la vida en las fronteras españolas
Según este colectivo, del total de personas llegadas a España, el 23% eran menores, (magrebíes no acompañados y subsaharianos de corta edad que venían con sus familias), y el 9% eran mujeres, en su mayoría procedentes del África Subsahariana.
Pero, las vallas de Ceuta y Melilla arroja un perfil muy distinto. Casi 9.000 personas se inscribieron en el CETI de Melilla, unas 7.000 eran sirias, según la Agencia para el Refugiado, ACNUR, junto con medio millar de palestinos y otras 400 de Guinea Conakry. Un tercio eran menores de edad.
Visto lo visto, no sólo no ha desaparecido este drama, sino que se ha intensificado, aunque, se esté volviendo más invisible para la sociedad.
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