Las ongs estiman que hasta unas 6.000 personas han perdido la vida intentando llegar a las costas españolas en los últimos veinte años. Pero, los expertos de la Organización Internacional para las Migraciones aseguran que esta cifra se podría triplicar. Es decir, podrían ser hasta 18.000 los muertos. Por cada cuerpo aparecido hay otros dos de los que nunca más se supo, tragados por la mar. Un número que ha crecido en 50 personas más, tras el naufragio de una embarcación en el Mar de Alborán hace tan sólo unos días. Mientras, la respuesta del máximo responsable del Ministerio del Interior ha sido acusar a las ongs, que trabajan en intentar frenar esta tragedia, de potenciar la llegada de inmigrantes irregulares.
Las palabras del ministro del interior, Juan Antonio Zoido, sobre las ongs que trabajan atendiendo a los inmigrantes que se juegan la vida intentando llegar a las costas españolas han encendido a las ongs. Zoido ha insinuado que estos colectivos favorecen la inmigración irregular por salvarles de los peligros de alta mar. Un comentario desafortunado y cruel que delata la insensibilidad de un gobierno. Justo dos días después de haber vivido una de las mayores tragedias en la Frontera Sur, 49 personas han muerto al naufragar una embarcación en el Mar de Alborán.
Precisamente, una de las primeras ongs en reaccionar ha sido la Coordinadora para el Desarrollo. Las declaraciones de Zoido son calificadas de irresponsables y gravísimas. Le recuerda que su labor debería estar siendo realizada por los Gobiernos, y no por la sociedad civil en virtud del derecho internacional y de los compromisos adquiridos por nuestro país.
«Es muy irresponsable criminalizar a quien protege la vida. Que las personas que huyen de los conflictos y la miseria opten por rutas más peligrosas en manos de traficantes, se produce por la inexistencia de vías legales y seguras; una responsabilidad que recae sobre los países –incluida España- y que están eludiendo de manera flagrante.»
Además, le insiste en este comunicado que estas personas intentan llegar hasta Europa porque huyen de las guerras, del hambre y la miseria. En consecuencia, el «efecto no es de llamada», sino de «expulsión». Cuando en la actualidad, el mundo está viviendo la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, con 65 millones de desplazados.
Más tajantes se ha mostrado Save the Children que directamente le han preguntado del lado de quién está de las mafias o de los derechos humanos.
“Le preguntamos al ministro de qué lado está, si está del lado de los que defendemos los derechos humanos o si está del lado de las mafias que atentan contra las personas. El ministro y el Gobierno en su conjunto deberían estar de nuestro lado, de los que queremos salvar vidas, y poner todos los medios disponibles para que no muera más gente en el mar. Pero lo que vemos es que no solo no se está cumpliendo con lo acordado en materia de refugiados, sino que además se pretende desprestigiar el trabajo de las organizaciones que les atendemos.”
Desde luego razón no le falta a esta ong. Otro de los colectivos que se han sentido ofendidos ha sido Open Arms, su fundador en Twitter, Óscar Camps, le advertía que seguirán trabajando en ayudar a estas personas, a pesar de sus declaraciones.
Sr.@zoidoJI estamos preparando otros 700 salvavidas, llevamos más de 25000 vidas y tenemos mucho que contarle,venga usted o venimos nosotros pic.twitter.com/KamDS3bsNj
— Oscar Camps (@campsoscar) 6 de julio de 2017
Intermon Oxfam, también ha mostrado su indignación, al acusarle de desviar la atención de la opinión pública. Nadie cree que España vaya a cumplir su compromiso con la Unión Europea de acoger a 17.337 refugiados en total, cuando a menos de 100 días del plazo dado faltan por llegar más de 15.500 personas procedentes de los países en conflicto de Oriente Medio.
«Es indignante y bochornoso que el ministro de Interior esté desviando la atención y culpabilizando a las ONG en lugar de defender los derechos humanos y responder a sus compromisos internacionales. La prioridad tendría que ser proteger a las personas que están huyendo del horror, de la guerra, de la pobreza y de la falta de oportunidades, pero en lugar de eso Zoido se dedica a cuestionar a quienes están trabajando e intentando suplir su falta de voluntad política. Sus declaraciones nos parecen fuera de lugar, totalmente inaceptables y vergonzosas”.
Y es que el miedo de las ongs está en otras declaraciones previas del ministro del interior donde aseguraba que la Unión Europea le rebajará la cuota establecida a España, pasando de los 17.000 refugiados a como mucho unos 7.000. Es más, según se calculó CEAR, la Comisión de Ayuda al Refugiado, a este ritmo de llegada España, nuestro país tardaría 31 años en asumir este compromiso.
Así que visto lo visto, cortas se quedan las ongs. Directamente las palabras de Zoido son absurdas, y se califican por sí solas. Demuestran la poca calidad humana de este Gobierno, y de nuevo una vez más su falta de sensibilidad ante drama.