Aunque la Constitución dictamina que los escaños pertenecen a los elegidos en las urnas, en la práctica todos los partidos acaban imponiendo la disciplina en el voto. Para ello se valen de los estatutos internos de las distintas formaciones. Repasemos como han actuado cada uno de ellos y que les cuesta al diputado díscolo no acatar el mandato de su partido.
Mucho se está hablando en estos días sobre si algunos diputados socialistas podrían votar sin seguir las directrices de su partido en la posible sesión de investidura de Rajoy. Pues bien, la pregunta que surge a partir de esta posibilidad es qué ocurre cuando un miembro de una formación no cumple con la displicina de voto. Veamos. La respuesta la tiene la Constitución, en su artículo 67.2 afirma:
Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo.
Es decir, los elegidos en las urnas son los dueños de sus sillones, pero, en la práctica los partidos les exigen lealtad a sus diputados, y por eso, tratan que voten aquello que dictaminan y no en conciencia.
Para ello se han dotado de un régimen sancionador interno, que va desde multas económicas directamente descontadas de sus nóminas y en los casos más graves hasta la expulsión de la siglas a las cuales representan. Pasan si no entregan su acta al Grupo Mixto. Entonces, repasemos partido por partido cómo castiga al diputado díscolo que no acata la disciplina impuesta por su formación.
PP
En el Partido Popular impera la disciplina de voto. Si alguno de los miembros de su Grupo Parlamentario se le ocurriera votar libremente, en conciencia, sería sancionado económicamente con multas que van desde los 100 euros hasta los 600, la más frecuente unos 300 euros.
PSOE
El PSOE se rige por la disciplina de partido. La clave está en el artículo 78 de sus estatutos donde aclara que si están sometidos a la disciplina de voto y a la unidad de actuación dentro de su Grupo Parlamentario. Habla que como castigo se les abrirá un expediente que será tramitado por la Comisión de Ética y Garantías quien podrá determinar desde una multa económica, la más habitual ha sido de unos 600, hasta en aquellos casos más graves su baja y expulsión.
Podemos
Por otro lado, en Podemos, también, se recoge la disciplina de voto, aunque, no lo hace directamente. Habla de que hay que respetar las directrices marcadas por el Grupo, lo que podría interpretarse como que sus diputados deben de obedecer las pautas marcadas en las votaciones del Congreso. Sus sanciones van desde los 500 euros hasta los 1.000 euros.
En la práctica nunca se han visto en esta situación, teniendo en cuenta que aún no tenemos Gobierno. Y es más, hace un año Xelo Huertas en el Parlament Balear se abstuvo en una votación donde Podemos lo hizo en contra. Finalmente, se decidió no imponerle ninguna sanción.
Ciudadanos
Finalmente, en Ciudadanos, al igual que los denominados viejos partidos, existe la disciplina de voto. En mayo del año pasado expulsó a cinco concejales de Molina de Segura en Murcia, por no permitir que gobernase la lista más votada como el mandato del aparato de la formación.
Como recogió la prensa en un comunicado afirmó que lo hizo » por incumplir la disciplina de partido». Les abrió un expediente disciplinario que acabó con su expulsión.
Los cinco casos más sonados
1. Quizás, uno de los casos menos recordados por el paso del tiempo sea el del diputado popular Luis Acín. Ocurrió en 2003, cuando el mismo renunció a su escaño en el Congreso y se dio de baja como militante para evitar tener que votar en contra de su partido. No apoyaba la participación de España en la Guerra de Irak, y no quería acatar esta disciplina, así que antes que se produjera dicha votación se marchó.
2.Una de las diputadas más rebeldes en este sentido sea Celia Villalobos. La rompió, por ejemplo, en 2009 y 2013 cuando se votó en contra de la postura popular en relación al aborto. Volvió a hacerlo al apoyar el matrimonio homosexual cuando su partido se oponía.
3. Otro de los veteranos en estos asuntos fue el socialista Antonio Gutiérrez. Lo hizo, por ejemplo, con el artículo 135, el de la «supuesta estabilidad presupuestaria» en 2011 o en contra la reforma laboral de Zapatero en 2010.
4. Tampoco, Carme Chacón, una de las dimitadas de la Ejecutiva de Pedro Sánchez y ex-ministra de defensa ha respetado siempre esta lealtad hacia su partido. De hecho en 2013, por ejemplo, en la propuesta sobre el derecho a decidir de los catalanes no llegó a votar a pesar de que su partido se postuló en contra. Mientras, los 13 diputados del Partido Socialista de Cataluña emitieron un voto a favor de la consulta.
5. No podemos olvidar a Odón Elorza quien, también, la rompió al abstenerse en la votación de la abdicación de Juan Carlos I que abría la puerta a la proclamación de su hijo, Felipe VI.
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