En 2015, la ONU tan sólo fue capaz de recaudar, del dinero destinado a la escolarización de los niños de los países más desfavorecidos, una escasa tercera parte
En la práctica supone que la ayuda internacional deja de atender a unos 18 millones de menores
Nuevo llamamiento de la ONU que debe sonrojar a la humanidad. En 2015, del dinero solicitado para escolarizar a los niños de los países con menos recursos económicos, tan sólo se logró recaudar un 31%. Esta cantidad supone una disminución del 66% en relación a la última década.
En números reales esto significar dejar de atender a las necesidades educativas de 18 millones de menores del todo mundo. En las regiones con las tasas más altas de niños sin acceso a la educación primaria llega a afectar a 2 de cada 5 pequeños.
Liberia es el país con mayor proporción de niños afectados, con casi dos tercios de su población sin ir a la escuela. Le siguen Sudán del Sur con un 59% de menores que no reciben educación básica y con una de cada tres escuelas cerrada debido al conflicto armado. Otros países afectados por esta situación son Afganistán ( 46%), Sudán (45%), Níger (38%) y Nigeria (34%).
Al mismo tiempo, la ONU no sólo alerta de que a estos niños se les está arrebantando una infancia digna, sino que a una generación se le está privando de adquirir las habilidades mínimas para que en un futuro puedan contribuir a la reconstrucción de estos países destrozados por la pobreza y las guerras. Tampoco, se les está ayudando a superar los terribles traumas que están viviendo.
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