Acabamos de conocer que el Estado Islámico ha destruido las ruinas de una nueva ciudad. La tercera reliquia de nuestro pasado en pocas horas. Se trata de Dur Sharrukin, capital asiria durante el reinado de Sargon II. Increíble. Este grupo terrorista no tiene limites. De hecho, un día antes ya destruyó Hatra, fundada en el 200 a. C., capital del antiguo Imperio Parto. Antes, el mundo ya mostró su indignación al arrasar la bíblica Mimrud. Lo hizo con maquinaria pesada para que no quede huella de esta joya arqueológica del siglo XIII a.C. La ONU ya se ha pronunció al respecto, y lo calificó de acto de guerra.
Lo curioso es que tres días antes, la Unesco confirmaba la reapertura del Museo de Bagdad. Maltrecho por los daños sufridos por la Primera Guerra del Golfo, estuvo cerrado hasta 2000. En 2003, otra vez, tuvo que ser clausurado por el nuevo conflicto armado que acabó con un terrible saqueo. Aunque no se sabe con exactitud las piezas robadas se habla de hasta 15.000, de las que se han recuperado unas 4.000. Proceden la cultura babilónica, asiria, sumérea o acadia, todas ellas, pre-islámicas.
La importancia de que el Museo de Bagdad abra sus puerta radica en que es la respuesta a la destrucción deliberada de otras piezas de valor incalculable de Irak. Conservadas en el Museo de Mosul y las de la región de Nínive, tan sólo una semana antes por el Estado Islámico.
Pero, comos nos podemos imaginar, estos hechos no son aislados. Me temo que son más habituales de lo que que pensaba. Por eso, me pregunto cuáles y cuántas obras patrimonio de la humanidad han caído ya, fruto de la barbarie del hombre. Como sé que la lista es interminable, al menos, daré respuesta a un período de tiempo concreto, en los últimos cien años. En consecuencia, realizaré un ranking con los casos más sangrantes, porque directamente, son una pérdida irreparable para la historia.
En menos de una semana
1. Dur Sharrukin
Por desgracia, cada vez que creo que he terminado esta entrada, tengo que actualizar la información. Este domingo a esta lista de la sinrazón hay que sumarle Dur Sharrukin. Ha sido atacada con excavadoras, eso sí, según recoge la prensa antes de demolerla han retirado algunas piezas arqueológicas. aunque, se desconoce su destino.
El ministro de Turismo y Antigüedades iraquí, Abdel Shirshad, lleva ya días denunciando estos terribles atentados, y asegura que es fruto de la tímida respuesta internacional que está siendo aprovechada por el Estado Islámico. Insta, además, a la ONU a que su Consejo de Seguridad se reúna con urgencia para tomar una decisión.
En cuanto a la antigua capital asiria destacaba el palacio de Sargon II. Un edificio de un singular valor artístico debido a su originalidad y soluciones decorativas. Se excavó por primera vez en el siglo XIX. Se hallaron algunos importantes relieves que están a salvo en el museo nacional de Irak en Bagdad; el Louvre de París, el museo Británico de Londres y las salas del Instituto Oriental de Chicago.
2.Hatra
En pocas horas el mundo ha perdido dos de sus grandes tesoro. El más reciente, la ciudad de Hatra. Fundada por el antiguo pueblo de los selúcidas, fue conquistada por los partos. Se convirtió en su capital y desde esta tierra se controlaba gran parte de Irak e Irán. Este imperio fue el principal rival del romano. Se disputaban la hegemonía en Oriente Medio.
Resistió las embestidas de las legiones, en 116 y 198, gracias a su gran muralla. Sin embargo, 18 siglos después cae por la incultura del Estado Islámico. Los vestigios de esta ciudad legendaria nos daban idea de su grandeza, sus ricos detalles ornamentales testimoniaban su valor histórico. Parada obligatoria de la Ruta de la Seda, y con gran influencia helena.
3.Mimrud
Y el otro gran tesoro de la antigüedad, Mimrud conocida como Kalkhu por los asirios, y como Calaj o Kalakh en la Biblia, tiene casi más de 30 siglos de vida. La fundó el rey Salmanasar I como un pequeño centro administrativo. Posteriormente Asurnasirpal II decide convertirla en la capital asiria. Como curiosidad cuando se terminó su construcción, allá por el año 879 a.C. se celebró un gran banquete que contó con la presencia de 47000 invitados, 16 000 habitantes, 5000 extranjeros, y 1500 dignatarios del estado. Duró diez días. Estaba diseñada para impresionar, demostrar el poder y la riqueza de sus antiguos reyes, y lo consiguió.
Sus restos fueron excavados por primera vez, a mediados del siglo XIX, por Henry Layard. Descubrió gran cantidad de toros alados y relieves que están en el Museo Británico. Se ha identificado el palacio real, junto a distintos templos dedicados a las deidades de la época. Su valor es incalculable, y hoy ya tan sólo queda la huella de la destrucción y lo que los ingleses sacaron del país.
4. Museo de Mosul
El Estado Islámico ya lo advirtió. El pasado 26 de febrero, como he comentado anteriormente, ya cogió el martillo y el taladro y la emprendió a golpes con las piezas del Museo de Mosul que aún quedaban en pie. Todo este bombardeo de imágenes a muchos nos ha recordado la destrucción de los Budas, otra de nuestras grandes joyas artísticas desparecidas en nombre de la barbarie, pero, por desgracia, hay muchas más. A lo largo de la historia, muchas ciudades cobijaban grandes tesoros, tesoros que han sido saqueados, bombardeados, pasto de incendios o una víctima más de un desastre natural o de un enemigo silencioso, el tiempo. Por eso, la lista es larga.
En el siglo XXI, entre los grandes tesoros perdidos
5.El Buda más grande del mundo
En marzo de 2001, un grupo de talibanes en Afganistán dinamitaron la cabeza del mayor buda en piedra del mundo, de 1.500 años de antigüedad. Lo hicieron con misiles antiaéreos, tanques y dinamita. La excusa utilizada era que no podían consentir esta idolatría, prohibida por la fe islámica.
6. El zoco de Alepo
El 30 de septiembre de 2012, como consecuencia de la guerra que se estaba gestando en Siria, ardía el Zoco de Alepo. También, patrimonio de la humanidad desde 1986. Había edificios residenciales edificados en el siglo XIII. En su interior, la Gran Mezquita y madrazas, preciosas puertas, y por supuesto, este zoco devorado por las llamas, resultado de los muchos pueblos que lo habitaron desde asirios, mamelucos a otomanos, y cada uno dejó lo mejor de su cultura.
7.Los documentos del Instituto Egipcio
En diciembre de 2011, durante los disturbios vividos entre manifestantes y el ejército se inició un incendio en el Instituto Egipcio. El fuego devoró 160.000 manuscritos y mapas. Entre ellos, Description de L’Egypte (Descripción de Egipto) encargada por Napoleón Bonaparte. Se trataba de 24 volúmenes con ilustraciones científicas que el propio Napoleón encargó durante su estancia en este país.
8.El Gran Tapiz de Miró, destruido junto con las Torres Gemelas
Al caer las Torres Gemelas en 2001, no sólo desapareció el corazón financiero de los Estados Unidos, sino una de las obras más importantes del pintor Joan Miró, el Gran Tapiz. Un paño de 66 metros cuadrados de lana, cáñamo y cuerda que pereció junto a estos escombros, tras el atentado de Al-qaeda. No desapareció solo, sino con 300 dibujos y esculturas de Rodin, y obras de Lichenstein.
En el siglo pasado
En las Guerras Mundiales del siglo XX, no sólo desaparecieron miles de personas, sino que, también, lo hicieron obras de arte, bien confiscadas por los nazis o bien víctimas de incendios.
10. 400 pinturas, en un incendio en la Alemania ya en manos aliadas
Otra de las grandes desgracias culturales acontecidas fue la pérdida de 400 pinturas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania, al igual que muchos otros países europeos, llevaron sus obras de arte a lugares más seguros, en Berlín, uno de estos centros fue el búnker en Friedrichshain.
Sin embargo, en mayo de 1945, cuando la ciudad estaba en manos de Los Aliados, más de 400 pinturas fueron destruidas durante un incendio en el Flackturm en Friedrichshain. Entre ellas, La Bacanal, obra de Peter Paul Rubens del siglo XVII.
11. Con final feliz
En noviembre de 2013, saltó a la luz una extraña historia. Obras que se creían desaparecidas por los bombardeos durante la Guerra aparecieron en un apartamento, escondidas entre latas de conservas y cintas de video. Su dueño era de Cornelius Gurlitt, de 80 años de edad, el hijo del historiador del arte Hildebrand Gurlitt.
Cornelius nunca tuvo un oficio reconocido, y en un control aduanero se le encontró una gran cantidad de dinero. Esto levantó la sospecha de las autoridades hasta que al final de la investigación se produjo este sorprendente hallazgo.
Las obras eran de artistas modernos, y ahí está la clave. Los nazis admiraban el arte clásico por considerarlo valedor de su visión del «superhombre alemán», y denostaban las manifestaciones de las vanguardias, por considerarlo un «arte degenerado». Por eso, cuando llegan al poder en 1933 confiscaron la mayor parte de las obras pertenecientes a estos estilos. Cuadros de Picasso, Renoir, Henri Matisse y Marc Chagall pasaron al cuidado de Hildebrand Gurlitt, que fue destituido como director del Museo de Zwickau por tener sangre judía.
Sin embargo, los nazis lo utilizaron para que vendieran estos lienzos al extranjero, y es así como llegan hasta él. Cuando finaliza la contienda, aseguró que estas obras se quemaron en el bombardeo de Dresde, una gran mentira que nadie puso en entredicho. Al morir éste, su hijo las hereda y sigue escondiéndolas, eso sí, de vez en cuando vendía alguna, y por eso, manejaba esas cantidades de dinero. Ahora el problema está en que para devolverlas hay que acreditar quienes son los dueños de tal preciados tesoros, y después de tanto tiempo es difícil saberlo.
Fuentes y referencias
1.El valor de Mimrud
2.Fotografías de los tesoros de Nimrud National Geographic
3.Reapertura del Museo de Bagdad UNESCO
4.de Budá
5.El Gran Tapiz de Miró
6.Los documentos del Instituto Egipcio
7. 400 pinturas destruidas por los Aliados en un incendio
8. La Bacanal de Rubens
9. Obras confiscadas por los nazis
10. El zoco de Alepo
11. Los ausentes de la declaración de Patrimonio de la Humanidad
12. Capital asiria
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