Si antes los españoles tuvimos que aprender que era la prima de riesgo, ahora, nos toca saber interpretar los datos del paro, y todo ello, para enmascarar la realidad. Es más, casi todos los medios han titulado, tras conocerse los datos del paro de julio del Servicio Estatal de Empleo, que por primera vez Rajoy ha bajado el número de parados del anterior gobierno de Zapatero. Fuegos artificiales para los peperos, de 4.422.359 desempleados hemos pasado a 4.419.860. con la ministra Fátima Báñez. Pero, habrá que analizar la letra pequeña, porque me temo que, por el momento, el discurso triunfalista es falso.El lenguaje está lleno de trampas, y las partes interesadas destacan aquello que les beneficia.
De estos mismos datos oficiales se desprende que el paro sigue subiendo, lo ha hecho en 32.357 personas más. Y esto es porque a las nuevas contrataciones hay que quitar aquellas que son temporales, y en septiembre muchos de los contratados no seguirán trabajando, debido al paro desestacionalizado. En este último mes se han realizado 1.645.236 contratos. Entonces, por qué no hay un descenso equivalente en el número de parados, porque muchos han perdido su empleo en este período, y otros han sido requeridos por las empresas por días o becas que han finalizado. Además, nuestra vergonzosa tasa de paro juvenil, los menores de 25 años, sigue creciendo. Ha aumentado en 1,79% más.
Cuando llegó el nuevo gobierno de Rajoy se hablaba de la herencia recibida de los socialistas para decirnos lo mal que estaba todo, y estábamos pendientes del bono alemán para determinar los intereses que teníamos que pagar por la deuda soberana, y esto justificaba cualquier recorte. A un año de las elecciones generales el gobierno tiene que vender que son los salvadores de España, y que ellos «solitos» nos han sacado de la crisis, y toca manipular los datos del paro. Menos parados no significa menos paro, puesto que en los últimos años el número de los afiliados a la Seguridad ha caído en más de 500.000 españoles. Y las razones puede ser muchas, desde extranjeros que se marchan o jóvenes que se van a otros países en busca de una oportunidad.
Las urnas podrían traernos muchas sorpresas, entre ellas, la llegada de Podemos al arco parlamentario. De hecho, en la última encuesta de estimación de voto del Centro de Investigaciones Sociológicas los situaría como la tercera fuerza política, con un 15,3% de las papeletas escrutadas si se celebrasen hoy los comicios. Un dato que hay que buscar en la madeja de las cifras, al igual que si nos fijamos bien, el Partido Popular está en caída libre, lleva perdiendo puntos sin parar desde abril de 2013. Entonces, cuatro de cada diez sobres serían para ellos, en la actualidad, tan sólo 3. El Partido Socialista Obrero, tampoco, sale bien parado, tan sólo lograría un 21,3% de los votos. Desde enero de 2013 sigue bajando y bajando. Si sumases las papeletas de ambas formaciones conseguirían un pírrico 51%, y en castellano sincero, esto es que ninguno lograría formar gobierno a no ser que pactasen con otros partidos.
Así que con este panorama los mensajes de la corte de Rajoy a su pueblo, insisto, deben ser que gracias a ellos, y a su «estupenda gestión, estamos al final del túnel. Ya que las grandes números de la macroeconomía no llegan a las familias, y la desigualdad social está creciendo a pasos agigantados. Es decir las diferencias entre las rentas de las familias más pobres frente a las más ricas se están haciendo abismales con lo que conlleva esta realidad, una merma de la calidad de vida de millones de personas, cuyo objetivo no es el estado de bienestar sino únicamente sobrevivir.
Por eso, al Gobierno le toca ocultar la precariedad en el trabajo. Nuestro modelo es el alemán, el de los minijobs, sueldos miserables por unas horas de nuestro tiempo. Así baja la cifra de la pobreza, puesto que aunque ya no estés en las estadísticas del paro, con tu minisueldo, y oficialmente, estés trabajando, es imposible que hagas frente a los gastos del mes. Otro de las grandes indicadores como es el índice de expectativas va, también, cuesta bajo y sin frenos. Osea que los españoles no esperamos que nuestros bolsillos se llenen, es decir, que nuestras perspectivas son que estaremos aún peor, y esto cada vez más lo piensan más ciudadanos. Concretamente un 3,4% más que el mes pasado. Y por otro lado, en junio de este año un 17,7 % creía que la situación económica era regular, un 41,1% mala, y de bombo y platillo, muy mala un 39,7% muy mala. Curiosamente, tan sólo un 1,1% buena y un 0,1% muy buena. Seguramente, esta décima serán los Botines o los Amancios Ortegas.En cuanto, a las preocupaciones del Barómetro señala que el paro sigue siendo el gran problema que nos quita el sueño, junto a la corrupción y el fraude. Y eso que cuando se realizo la encuesta aún no había confesado Pujol sus delitos fiscales.