Son muchos a los que les suena el despertador para ir a trabajar, pero, hay otros muchos españoles, que directamente, no lo ponen porque están en el paro. En este estado, levantarse ya es un ejercicio de optimismo matutino, que por desgracia, pronto pasa. Se esfuma, en el momento en el que te pones a buscar a trabajo. Pronto descubrirás que esas ventanas que te dicen que se abren, cuando se cierra una puerta, no son fáciles de encontrar, porque la realidad es que son escasas, y tienen pestillo.
Cada profesional sin empleo intenta, de manera más o menos afortunada, iniciar un viaje muy tortuoso, y lleno de incertidumbre, que le conduzca a su meta, volver al mercado laboral. Dependiendo de la persona, de sus recursos y redes sociales, elegirá un lado u otro, pero todos acabamos pasando por los mismos lugares, ante la falta de resultados.
En algún momento, lo comunicamos a nuestro círculo más cercano, y decimos aquello de «si te enteras de algo, ya sabes…estoy buscando trabajo, y la cosa está muy mala». Bifurcación del camino, que no suele conducir a ningún sitio, porque generalmente, el receptor de este mensaje, que tiene muy buena intención, y no es empresario, no te puede ofrecer un trabajo. Eso sí, seguramente, te dará lo que puede: ánimos (lo cual, no está mal, por aquello de no tirar la toalla).
Incluso, te pasarás por las empresas locales, con el currículo en mano, preguntando por el conocido de turno, para entregárselo, y esperar el milagro de que necesite a alguién. Algo que no es habitual que ocurra, porque están están en las últimas, simplemente, resistiendo como pueden, para no cerrar, y poner a todos en la calle. Es más, te puede llegar el rumor de que hay planteado un expediente de regulación de empleo, o aquello de que no pagan.
Acudirás al servicio de empleo de tu comunidad, donde tan sólo encontrarás palabrería y largas colas, que te hacen preguntarte «qué hago aquí». Trabajo, tampoco, tienen. Y en el caso de tenerlo, no se adaptará a tu perfil, y las condiciones laborales serán pésimas.
Web del servicio andaluz de empleo
Un solo detalle, más de 300.000 demandantes de empleo, y la escalofriante cantidad de apenas 900 ofertas. La primera bofetada ya te llega, sin anestesia. Con lo cual esta visita se convierte en un mero trámite, para que no te quiten tu prestación, y por supuesto,en una nueva decepción.
Pero, como somos cabezones, y tropezamos, no una una vez, sino las que haga faltan con la misma piedra. Decidimos incluirnos en alguno de sus programas de inserción laboral. Vamos al Plan Orienta, por ejemplo. En este punto la palabrería llega a su máximo esplendor. En tu primera cita, te explican cómo hacer un currículo, lo que te hace sentir tonto. Porque, posiblemente, hayas perdido la cuenta de cuantos has mandado a lo largo de tu vida laboral. Encuentro que, tranquilamente, calificarás de inútil.
También, pretenderán re-educarte en tu búsqueda, y te hablarán de internet (de las nuevas tecnologías, aunque hoy un niño de 3 años ya esté familiarizado, y un adolescente sea un hacker consagrado). Pero no importa, ellos insisten en su discurso. Te metes en portales, como infojobs, infoempleo, y un largo etc. más. En este punto, tu optimismo vuelve a decaer hasta el suelo. Porque las ofertas son insultos.
Y lo peor es que hay millones de anuncios como éste. Donde para trabajar tienes que poner hasta la cama. Así que seguirás buscando, y tratarás de que, al menos, sean remuneradas. Tampoco, creo que seamos muy consciente del sacrificio que supone para una persona arraigada con familia, y esos detalles sin importancia, dejar su casa para irse a trabajar a otra ciudad, porque claro, en los pueblos, por ejemplo, un periodista pocas ofertas se va a encontrar, y si lo hace, no ganará más de 900 euros, con suerte. En consecuencia, si consigue algo, tendrá que lanzarse a la aventura.
En definitiva, te has pasado el día con la sensación, de que estabas perdiendo el tiempo, creándote ilusiones que se rompían inmediatamente, pero, no importa porque al día siguiente pondrás el despertador con la intención de seguir buscando. Mientras, los políticos seguirán con sus mismas imbecilidades..y te pedirán el voto cuando se vayan acercando las elecciones, convitiéndose los casi 5 millones de parados en arma arrojadiza. Y habrá alguién que te dirá o pensará, que no trabajas porque no quieres….
🙂