Casi doce millones de españoles estamos ya en niveles de exclusión social. Esto es un 25% de la población vivimos en condiciones reconocidas como indignas, porque tenemos serios problemas para acceder a lo básico. Datos alarmantes que demuestran que no la sociedad en su conjunto está saliendo de la crisis, sino hundiéndose más. Sorprendente es la tendencia de que haya trabajadores cada vez más pobres, esto es, que tener un trabajo ya no es garantía de nada, ni siquiera de sobrevivir. Con lo que se dibuja un panorama desalentador para los parados. Porque aunque encuentren trabajo, será precario. Lo peor, es que, tampoco deja de crecer el número de niños pobres en España, 800.000 más. Y aún así se empeñan en decir que hay síntomas de recuperación, sin que desde las políticas públicas se tomen medidas para atajar esta situación de emergencia. Mientras, las mayores fortunas han incrementado su riqueza en 12.300 millones de euros, en lo que va de año.
La actualidad informativa no sólo ha estado marcada por los casos de corrupción, sino, también, por los informes sobre la desesperada situación de millones de españoles. Desde Cáritas a UNICEF, numerosas organizaciones no gubernamentales han vuelto a lanzar las alertas sobre la pobreza. Las políticas públicas no son efectivas, a tenor de que los números siguen subiendo. Detrás de estas cifras hay personas de carne y hueso que sufren, sin que ninguna administración haga nada por ellos. Son los ciudadanos invisibles que, al parecer, no tienen derecho ni a respirar.
Lo primero será buscar los datos, y después analizar las causas del porqué hemos llegado hasta aquí. También, me pregunto hasta que punto estos informes han sido reflejados en los informativos. Me da la sensación, que poco o prácticamente nada importan a los medios nacionales, porque esta realidad no es bonita. Y en consecuencia, veremos como las cabeceras internacionales se han hecho eco de estas historias.
Los informes que desvelan las caras de la pobreza
Una familia que viva con más de 400 euros ya no es pobre
Entre los primeros documentos que han visto la luz, nos encontramos el de la Fundación Primero de Mayo, de Comisiones Obreras, sobre la pobreza en los trabajadores. Lo primero que asusta es que la tasa de pobreza se sitúa en 20,4% en 2013. Es decir, 2 de cada 10 españoles son pobres. Se ha reducido en cuatro décimas con respecto a 2012. No nos engañemos, esta ínfima reducción obedece que para ser «pobre oficial» necesitas tener aún menos recursos. Por ejemplo, para que una persona que viviera sola fuera pobre tenía que disponer en 2009 de 8.900 euros al año, en 2013 si superas los 8.100 euros, ya no lo eres.
Genial, ahora una persona sola se puede mantener dignamente con 207 euros al mes, y una familia con dos hijos, con 433 euros. Viendo este límite, pienso no sé de qué me quejo, si soy rica. Curioso.
Pero, es que además, un euro vale menos, es decir, la mayoría de los productos de primera necesidad se han encarecido. Pensemos en las tarifas eléctricas, con continuas subidas. Sinceramente, la lógica me dice que estas mediciones son un insulto, y que la realidad es bien distinta.
Sin embargo, las estadísticas europeas hablan de otros datos, más cercanos a los números reales, ya que sus referencias son distintas. En 2009 la tasa se situaba en un 24,9% en 2013 es del 27,3%. Es decir, de cada cinco españoles, la mitad somos pobres. En el caso de la pobreza infantil, España es el segundo país de la Unión Europea con la tasa más alta, el 22,5%. Tan sólo superada por Grecia. Desolador. Volveremos a esta cuestión más adelante, ya que ahí se esconde una realidad con muchas aristas. De hecho, UNICEF ha desmentido este último dato, colocando la tasa en un número mucho más elevado. Prácticamente 4 de cada 10 niños son pobres en España.
Pero, los números abrumadores no terminan aquí, según este informe. En el segundo trimestre de 2014, 740.000 hogares españoles no tienen ningún ingreso declarado. Es decir, un 4% de las familias. Lamentable. Nadie sabe como viven, y el Estado no les da ningún tipo de ayuda. Creerán que viven del aire.
Y una nueva realidad de la pobreza detectada, las personas que aún teniendo trabajo siguen siendo pobres. Tremendo, lo que nos lleva a pensar las pésimas condiciones laborales que la mano de obra barata sufre. España siempre ha estado en una posición mala, pero, de nuevo ahora es peor. En el año 2012 se ha producido un incremento de la pobreza laboral hasta el 12,3%. Países como Rumania con un 19,1% y Grecia con 15,1% nos superan. En 2013, no se espera una mejora.
Y si está pensando en el autoempleo, quizás, debería saber que pobreza es superior entre las personas que tienen un trabajo por cuenta propia que entre aquellas que son asalariadas. Así, que en 2012, el 35% de los autónomos eran pobres. Por fortuna esta tasa se ha moderado, y alcanza el 22%. Aunque sigue estando muy alejada del 12,3% de los contratados por cuenta ajena.
Nadie se salva del riesgo de exclusión social
Por su parte, la Fundación de Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada acaba, también, de publicar su Séptimo Informe Sobre Exclusión y Desarrollo Social en España. Lo presentó a finales de este pasado octubre junto a Cáritas. Una vez más, la recuperación de la que hace gala el Gobierno, nada tiene que ver con la realidad de doce millones de ciudadanos, a juzgar por los datos que arroja.
Para empezar, la situación calificada como integración social plena es ya una minoría, un 34,3% . Es decir, casi un 70% de la población presenta algún tipo problema en el desarrollo de su vida cotidiana, por falta de ingresos. Pero, llega más allá y cito textualmente:
Esto significa que la población excluida en España asciende ya al 25% y afecta a más de 11.746.000 personas. De ellas, 5 millones se encuentran en exclusión severa. Además, hay que tener en cuenta que 2 de cada 3 personas excluidas ya estaban en esta situación antes de la crisis.
Aclarar el concepto de pobreza y pobreza severa. En primer lugar, en los países ricos este concepto se refiere a aquellos que viven con menos recursos que el resto de sus vecinos. Y la pobreza severa cuando se disponen de menos 307 euros al mes para los gastos habituales.
Una precariedad afecta a ámbitos como la vivienda y la salud. Y que hacen que cada vez sea más difícil acceder a estos bienes básicos. De los 11,7 millones de excluidos, el 77,1% sufren exclusión del empleo, el 61,7% exclusión de la vivienda y el 46% exclusión de la salud.
En cuanto al perfil sociológico, son las familias de mayor tamaño las que más afectadas se han visto, sobre todo familias en las que hay muchos niños y jóvenes.
Al mismo tiempo, se ha comenzado a ver que nadie se salva del riesgo de exclusión social. Si anteriormente apenas afectaba a los universitarios, en la actualidad, un 11,1% poseen estudios superiores.
Pero, hay más. La tasa de trabajadores excluidos se sitúa en el 15%. Esto es aquellos que tienen escasas o nulas posibilidades de re-incorporarse al mercado laboral. Y puede decirse que el trabajo deja de ser un espacio de consolidación de derechos para convertirse en un espacio de vulnerabilidad y de pérdida de capacidad económica, social y personal. Es decir, confirma lo dicho por el informe de la Fundación Primero de Mayo, trabajar ya no es sinónimo de supervivencia, ni tener una alta cualificación.
El peor de los informes, la pobreza infantil
Si aún nos quedaban dudas sobre la ineficacia de las medidas contra la pobreza en España, que cada día afecta a más personas, llega la gota que colma el vaso. Me refiero al Informe de Naciones Unidas, de UNICEF, titulado «Los niños de la recesión». De nuevo, sus datos no son tristes, son tristísimos. Afirma que en España existen 2.700.000 menores por debajo del umbral de la pobreza. Umbral situado en un 60% menos de recursos que la media nacional. En los últimos cuatro años este índice se ha incrementado en 8,1% más. Situándonos en un 36,3%. Demencial, tan sólo nos superan en Europa, Letonia y Grecia.
Desde este organismo internacional se advierte al Gobierno que el sistema de protección y ayudas a la infancia y a las familias jamás ha sido eficiente. Para una muestra, un botón. En los presupuestos generales del Estado para 2015, y después de este dramático retrato, tan sólo se destinan 32 millones de euros para este fin. Lo que supone 11,8 euros al año por niño. En fin, a este respecto está todo dicho.
Las consecuencias, caminamos hacia la gran desigualdad
Y es que mientras la clase obrera se empobrece, los más ricos son aún más ricos en nuestro país. Lo denuncia la ong Intermon Oxfam en su último estudio. Directamente, indignante. Sepan que a Amancio Ortega, su hija Sandra Ortega y al dueño de Mango, Isak Andic, duplican la riqueza de un 20% de los españoles. Es más, otro dato para el cabreo generalizado, las 20 personas más ricas del Reino disponían en este mes de marzo de 92.000 millones de euros. Ya somos el segundo país de Europa más desigual.
En este documento se acusa a las políticas del Gobierno de favorecer esta realidad. Dice que esto es producto del fundamentalismo del mercado y la captura del poder público por las élites económicas. Puesto que se generan medidas para unos pocos y no para la mayoría social.
La marca España de la Pobreza en los medios internacionales
La verdad, lo duro no es la imagen que se proyecta en el exterior de nuestro país de la sociedad española, sino las condiciones de vida que sufrimos. No obstante, como parece que poco importa a los dirigentes nacionales y a los medios tradicionales, ya que prácticamente ninguno ha abierto sus portadas con estos informes de la vergüenza. Veamos la repercusión internacional que han tenido y cómo desde fuera tienen claro lo que está pasando.
Según, los diarios digitales el Financial Times se ha hecho eco. Argumenta que la supuesta recuperación ha dejado a la vista la crisis social por la que atravesamos. Y da un dato, se han duplicado el número de personas que acuden a los comedores sociales, 1,5 millón.
No ha sido el único, The Guardian informa sobre una década pérdida para los niños españoles en cuanto a la pobreza se refiere. En definitiva, dicen que la mala gestión de la crisis ha dejado atrás a nuestros niños.
Las televisiones, también, han recogido estos datos, como Fox News. Pero, la gran polémica ha venido porque Unicef ha elegido a una niña malagueña, concretamente, del barrio de la Palma-Palmilla, para protagonizar su campaña de concienciación. De hecho, ha sido censurado. Puesto que el original grabado por el periodista Bob Coen dura unos cuatro minutos, y finalmente, se ha quedado en un minuto y medio.
La propia familia de la niña, junto a su abogado, lo han denunciado. Hasta la Fiscalía del Menor avalan la posibilidad de que se emitiese completo. Pero, al parecer el Gobierno ha presionado a UNICEF para que se divulgue una visión más descafeinada. Supongo que para evitar que se visibilice la vida de Encarni y de otros niños pobres en países que se suponen ricos.
Y dejando atrás, esta anécdota, que nada tiene de insignificante, debería hacernos pensar, de nuevo, sobre el porqué de que el rostro de la pobreza de los niños en Europa, es una carita de una niña española, andaluza, junto a un joven italiano.
Múltiples causas y poca sensibilización
A estas alturas, nos podemos imaginar que las razones de esta situación son complejas. Pero, tienen un punto en común: el paro y sus consecuencias. Unido a este desplome en el empleo, hay que sumar la bajada de los salarios y los recortes en las ayudas públicas han arrojado a doce millones de ciudadanos al umbral de la pobreza.
Nuestro modelo de protección era un gigante con los pies de barro, como ha demostrado la crisis. Por eso, los españoles somos en su conjunto los más perjudicados de esta situación. Con una tasa de desempleo del 24%, y años y años de crisis, ya hemos acabado con los ahorros, los colchones familiares y las prestaciones sociales que se han visto muy reducidas, en consencuencia, cada día vamos s a peor. Además, la más que evidente precarización del mercado laboral hacen que aunque salgas de las listas oficiales del paro, no garantiza que tu sueldo te saque de la miseria en la que vivimos.
Por otro lado, la falta de sensibilidad del Gobierno, está claro que, tampoco, está contribuyendo a salir de esta espiral. Por ejemplo, ya no existe el «cheque bebé», y las ayudas a los menores están sujetos a la disponibilidad de los recursos. En contraste, con las políticas que han favorecido a los ricos, como demuestra Intermon.
Se puede concluir que la sociedad ha sabido reaccionar ante lo que estamos sufriendo. Es decir, las redes familiares están aguantando, aunque bastante resentidas por el empaque. Las ongs han reorientado sus actuaciones, a pesar de que han recibido menos subvenciones, pero, qué ha pasado con las políticas públicas. Todos los informes vistos coinciden en que no han sabido dar respuesta. Ante una emergencia nacional, no está actuando con contundencia.
Pensemos, como recoge el estudio de la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada en la Ley Antidesahucios que no ha conseguido impedir que 38.961 familias perdieran su vivienda habitual en 2013, según el reciente informe sobre los procesos de ejecución hipotecaria del Banco de España. O no se actúa o se va en contra de los intereses generales de los españoles, con recortes en sanidad o en educación. Todo ello provoca una merma en nuestra calidad de vida sin precedentes.
En mi opinión, los españoles somos una población privada de lo fundamental, que sobrevive como puede, mientras que la desigualdad es cada vez mayor. No vemos como esta realidad se trata como lo que es, una emergencia. Ya no podemos esperar más. Y ya el rostro de la pobreza, a lo mejor, es el tuyo o el de tus hijos.
Referencias y fuentes
(1.) Viñetas de JR,Mora
(2.) Informe de la Fundación Primero de Mayo
(3.) Ayuda en Acción
(4.) Estadísticas europeas sobre distribución de renta
(5.) Dossier Pobreza EAPN
(6.) Informe Foessa (PDF)
(7.) Informe UNICEF
(8.) Conceptos pobreza INE (PDF)
(9.) Informe sobre desigualdad