Dónde está la «normalidad» inexistente

Levantarse por las mañanas, y tratar de informarse de la actualidad es un ejercicio de masoquismo. Lo digo porque con el periodismo basado en el fulanito dice…al final,  acabas cabreado con las «chorradas» que acabas de escuchar , leer o ver. «Chorradas» que son intencionadas, porque muy ineptos que creamos que son nuestros políticos, como se suele decir, no dan puntadas sin hilo. Empiezo a sospechar que sus cabezas son demasiadas retorcidas.Por ejemplo, cómo consiguen mantener sus partidos a raya cuando son jaurías de perros hambrientos de dinero o poder. Recordemos como los socialistas impusieron su disciplina de partido en la aprobación de ley orgánica de herencia del Reino de España, puesto que supuestamente son una formación de carácter republicano. O la segunda teoría que su alejamiento con la realidad es tan fuerte que, aunque ya suene a tópico, viven en un mundo paralelo incapaz de conectar con los ciudadanos. Llego a la conclusión que actúan de esa manera por una mezcla de las dos, pero,  me inclino a pensar que en la balanza pesaría más la primera opción. Hoy, Rajoy se ha cubierto de gloria, y son muchos los medios que recogen sus declaraciones sobre el proceso de sucesión monárquica. Habla de recuperación económica y de imagen de normalidad frente al mundo en relación a esta «pantomima» de colarnos al Hijo del Borbón.

Y yo, me pregunto qué normalidad puede existir a tenor de como se está desarrollando la película. En primer lugar, el bipartidismo niega cualquier posibilidad de consulta al pueblo soberano sobre una cuestión tan determinante como es la forma de gobierno del Estado. Tampoco, acudieran al acto de «por pantalones» 6 partidos del arco parlamentario.  Lo harán en señal de disconformidad con la herencia recibida del franquismo. Y eso que hay tanta aceptación popular, cómo que 25 diputados no irán.   Si aplicamos su lógica los partidos ostentan la representación de sus votantes, sin fisuras y a callar hasta dentro de cuatro años cuando vuelvas a votar. Ese número de parlamentarios ausentes no son demasiados. Las encuestas dicen que el 36% prefieren  una República más  aproximadamente  un 11% que  no lo tiene claro frente a un 53% que se declara partidario de una monarquía parlamentaria.  En conclusión, aquí, tampoco, veo un apoyo masivo.

Normalidad en qué, en que hayan prohibido todas las manifestaciones republicanas para no oscurecer su teatrillo. Lo curioso es que no sólo lo sabemos los españoles, sino también, la prensa iberoamaricana, como recoge la agencia de noticias Prensa Latina. No dejan manifestarse al pueblo soberano. Un derecho reconocido por la Constitución. De hecho, la Coordinadora Republicana mantiene su concentración en Sol, a pesar de esta prohibición expresa, y ha presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid para intentar levantar el veto de la Delegación de Gobierno. Va a ser verdad, aquello de que en algunos de sus artículos a lo referente a la libertad y la dignidad de los españoles, como la vivienda o el acceso a  un  trabajo, se han convertido en un papel mojado. Sin embargo, a esos mismos que tanto se les llena la boca de patriotismo y defensa de la Carta Magna no dudan en cambiarla a su antojo para asegurar que cobrarán los acreedores de España, a costa de la clase media y de acabar con el estado de bienestar.

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Normalidad en decretar el nivel 3 de alerta terrorista, y  que esto justifique la presencia de 7.000 agentes de seguridad en la calle. El cierre del espacio áreo de Madrid. Que se haya revisado el subsuelo de la capital por miedo a un atentado. No sé, sinceramente, dónde está esa normalidad que predican ante tanto celo. Y no sólo eso, es que encima van a espiar las redes sociales, para que ni siquiera tengamos el derecho a la pataleta.

Tampoco, sé dónde está normalidad cuando este proceso se está desarrollando en un tiempo récord. Cualquier ley, a pesar de la urgencia nacional que estamos pasando con 6 millones de parados, tarda meses, incluso, años. Y esta ley orgánica y su aplicación será en poco más de 15  días.

Mientras, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella tiene que publicar un bando municipal donde se invita a poner banderitas. Creí que el Nuevo Privilegiado contaba con el respaldo de los ciudadanos, y que estos de manera unánime y espontánea lo aclamaban, sin necesidad de invitaciones de nadie.

Es más, qué hace la patronal repartiendo fotos de los Impuestos, sin preguntar directamente al pueblo soberano. Regarlarán 50.000 carteles de la imagen del Heredero. Si al final Sabino Cuadra de Amaiur va a tener razón cuando dice que tan sólo ha sido amigos de los ricos.

Eso sí, ocultan de manera intencionada que los ciudadanos se están organizando, a través de las redes sociales, para celebrar la verdadera “fiesta de la democracia”, un referéndum alternativo sobre si el modelo de estado que se quiere  a pesar de la negativa del Gobierno y de sus cómplices. Son más de 30 ciudades donde se colocarán las urnas para que, al menos, de manera simbólica se nos consulte, y además, también, puedes votar a través de internet.   De eso no se habla porque rompería con la supuesta normalidad.

Está claro que esa predicada normalidad es una “chorrada” más de la que ya estamos acostumbrados, por desgracia, a escuchar. Ese mensaje no era para los españoles, que sí intuimos lo que está sucediendo sino para los mercados, para que no huyan despavoridos de un país presuntamente avanzado que niega una mayor participación, y por tanto, democracia a sus ciudadanos. Negando lo evidente, que es una gran mentira «intencionada», que trata de calmar y de dar la falsa sensación de que aquí no está ocurriendo nada, cuando no es así.

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