La FIFA y su lucrativo negocio

A menos de 2  días de comenzar el Mundial de Fútbol Brasil 2014, quería reflexionar sobre ello, y colocar cada cosa en su sitio.Me refiero al gran negocio que hacen algunos a costa de los sentimientos de los seguidores de los equipos. Los primeros en beneficiarse,  la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol,  FIFA. Se financia de la venta de las entradas, los derechos de retransmisión de las televisiones y, por supuesto, de sus patrocinadores. Un negocio redondo porque los países anfitriones son los encargados de la inversiones y de los gastos derivados de su organización, por ejemplo, de la construcción de los grandes estadios necesarios para el desarrollo de los partidos.

Los brasileños saben los millones que vale esta competición y han amenazado con tomar medidas más contundentes. Son miles los que  ya se han manifestado en contra de estos gastos.  Hasta el punto que Sao Pablo, una de sus sedes,  a vísperas de la inauguración está inmersa en una huelga de metro, que se saldó en la madrugada de este lunes, con 60 trabajadores detenidos. Incluso, Anmistía Internacional ha presentado un documento al Gobierno del país donde se pide un respeto a dichas protestas, ya que se han visto imágenes muy violentas de represión por parte de la policía. Se trata de un intento de ocultar la verdadera cara del negocio y de la situación que vive Brasil. Es más, 20.000 agentes patrullarán las calles de Río para disipar cualquier estallido de protesta social.

De hecho, se considera que el Mundial de la ciudad de las fabelas será el más caro de la historia. Por varias razones, 12 estadios que han costado 6.700 millones de dólares, más la inversión en hoteles pagados con dinero público y privado, junto a otros 8.100 millones destinados a la mejora de las telecomunicaciones. Su infraestructura en ancho de banda pondría en peligro su   retransmisión al resto del mundo. Cifras que marean y que contrastan por comparación con la de la organización de otros países como Alemania, que gastó 2.200 millones. Llegados a este punto hasta nos parecen pocos dólares. La lógica nos dice que países en vía de desarrollo no deberían entrar en este juego, ya que estos presupuestos deberían estar destinados a garantizar la educación, sanidad, vivienda, en definitiva, los servicios básicos de su población.

El caso de Río de Janeiro es aún más preocupante. Hay voces que están afirmando que están aniquilando a los niños de la calle para evitar mostrar la verdadera imagen de la ciudad al mundo. Literalmente hablan de escuadrones de la muerte que actúan por la noche. Incluso, no es la primera vez, que se practica supuestamente este exterminio, sino que 1991 otros medios denunciaban esta realidad.

 

Y lo peor es que la propia FIFA exige medidas que aseguren que el evento sea el mayor espectáculo del fútbol del mundo, de ahí depende su prestigio internacional, y por supuesto, su negocio. Prácticamente, no gastan nada, y el dinero les llueve. Ahora entiendo que ofrezca a la selección ganadora una prima de 720.000 euros por cabeza, a la subcampeona, 360.000 para cada jugador, y a los de cuarto 180.000, y a los que caigan en octavos, 60.000.

A la FIFA nada se le escapa a su control, y es indudable, que los aguerridos héroes nacionales les da un importante caramelito para que den lo mejor de sí en el campo de batalla. De verdad, cantidades que por desorbitadas son directamente un insulto. Cuando se supone que llevar los colores de tu país es un honor y un privilegio. Pues, no sólo eso sino saber que serás considerado un héroe por ganar un partido, por hacer bien tu trabajo, y encima, su bolsillo se llenará aún más. No quiero entrar en el populismo ni en la demagogia, pero, yo pagaría millones y millones al descubridor de la vacuna contra el cáncer. Porque eso sí salva vidas, y es merecedor de todo halago por su inteligencia y esfuerzo.

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Entiendo que en un país donde vivimos una situación de crisis tan profunda y con tantas injusticias sea necesario buscar algún elemento que nos enajene. Incluso, dejarnos llevar por unas horas por una marea de euforia, Al final, nuestra realidad vuelve a modo de boomerang. Sólo  un dato que conviene recordar que más de medio millón de pequeños podrían quedarse sin comer este verano al cerrar los comedores escolares en verano, un 30% de nuestros niños están en riesgo de exclusión social, según recoge el último informe de Educo. Por eso, comprendo que durante unos días queramos olvidar nuestra realidad, pero, no se puede perder la cabeza ni la perspectiva. Al día siguiente de la resaca futbolera, por si no habías caído en la cuenta, seguiremos con nuestras preocupaciones diarias como pagar la hipoteca o nuestro alquiler, llegar a fin de mes…y unos pocos tendrán sus cuentas bancarias más abultadas.

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