Sinvergüenza ni ética, ORANGE

Hace unos  días tuve que llamar al departamento de atención al cliente de ORANGE, para que me  explicaran los pasos para dar de baja  los servicios contratados con esta operadora de telefonía. Porque, a pesar de que tienen su web, es imposible encontrar esta información, eso sí, darte de alta es facilísimo. La razón, no puede ser más triste, ya que el titular de la línea había fallecido. En ese momento, todo fueron palabras amables, incluso, llegaron a darme el pésame por la desgracia que está viviendo mi familia. Me indicaron que debía remitir un escrito, incluyendo, el certificado de defunción, para acreditar dicho fallecimiento, y que no habría ningún problema. Una vez recibida la carta, en 48 horas sería efectiva la baja. En esta misma llamada, me insistieron una y mil veces que  se  continuará con el contrato, y que simplemente, se debía solicitar un cambio de titularidad. Le dije que no porque ya estaba decidido,  por distintas circunstancias. Y le insistí en que me facilitarán la dirección correcta para remitir la documentación requerida. Puesto que a nadie se le escapa que darse se baja  de una compañía telefónica es desesperante.  Así que acudo a Correos, el pasado 31 de julio, y envió la carta a través de un certificado urgente con acuse de recibo. 8 días, me dicen que tardará. Y me resultó curioso que siendo urgente tardara tanto tiempo, pero, bueno, esto es un detalle. Su coste 5,86 euros. Ya que me quería asegurar que no escucharía aquello de “no tenemos constancia”.  Pero, de nada me sirvió.   Seis  días después, recibimos la tramitación de la baja de vuelta. La explicación que nos da  Correos es que el apartado no existe. Mi cara es de cuadro, siendo bien intencionada, pienso: me habré equivocado en un número, y de ahí el error.  

Sinvergüenza ni ética, ORANGE

Pero, la realidad supera la ficción, y vuelvo a armarme de paciencia. Y de nuevo, me pongo en contacto con el servicio de atención al cliente de ORANGE. Tres llamadas tuve que realizar. En la primera directamente, cuando están verificando los datos, y preguntándome por el titular, y diciéndole que era un poco complicado que se pusiera al teléfono, porque había fallecido, me colgaron. La segunda, después de la correspondiente espera, me remite a otro número de teléfono. Por supuesto, ya no era un número gratuito, sino un 902 (concretamente, 902 011 195). Consultando el precio, 47 céntimos el primer minuto, y los siguientes a 37, en horario normal. Con lo cual, ya podéis imaginar su precio. Vamos, una pasada. Después, de más 10 minutos  espera, me pasan con un teleoperador. De nuevo, a explicar el problema que tenía, y viendo que los minutos pasaban y pasaban entre verificaciones, y demás, le suplicó que me dijera el apartado de correos correcto, sin más rollo, porque me iba a costar un dineral.    Me insiste que me lo tiene que volver a explicar por imperativo. Y en este momento, de verdad, descubro con impotencia, que el apartado de correos que me facilitaron inicialmente, 64.062, ni por asomo se parecía al verdadero, 35.120. Con lo cual, ya no tenía ninguna duda, no me había equivocado, porque me hubiera bailado algún número, pero, no todos. Sinvergüenza ni ética, ORANGE La conclusión, que saco de todo esto es que así va pasando los días y los días, y te siguen cobrando aunque ya ni utilices el servicio, por ejemplo, porque te hayas mudado, como es el caso. Y directamente, no obedece a ningún error, sino que fue intencionado, para que darte de baja de ORANGE se convierta en misión imposible. Para mí, es intolerable, de gran bajeza moral y ética, porque se están aprovechando de los bajos momentos por los que pasa una familia, en una situación como ésta. Creo que directamente su política empresarial es no de tener vergüenza, ni haberla conocido. En fin, a ver que pasa, porque hoy he vuelto a mandar la baja, otra vez, he pagado los 5,86 euros,  y ya me temo cualquier estratagema para no perder un cliente, aunque, por desgracia, éste haya muerto.

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