Entre las principales víctimas mortales están los niños y las mujeres
Uno cada cuatro muertos por la violencia son menores
Malas noticias llegan desde Afganistán. La ONU ha calificado el 2015 como un año negro para este país de Oriente Medio. Lejos de pacificar la zona, el conflicto armado se complica aún más como el refleja el dato de que han aumentado el número de víctimas civiles. Hasta en un 11% más de personas han resultado heridas o asesinadas por la guerra. La mayor parte de ellas son niños. El total de muertos alcanza 11.002. Es la cifra más alta jamás registrada en la historia de este conflicto que se remonta al 2001.
Entre los más perjudicados, mujeres y niños
Este informe presta especial atención a la protección de los más vulnerables. De los 11.002 civiles muertos, uno de cada diez es mujer y uno de cada cuatro un niño. Dicho de otro modo, la muerte de civiles aumentó entre las mujeres un 37% y la de niños en un 14%.
Los culpables de estas muertes de civiles
Según señala la ONU la principal causa de este incremento es el aumento de las disputas por controlar las tierras cercanas a las zonas pobladas y los ataques suicidas en las grandes ciudades. Señala que hasta el 62% de las bajas están causadas por las fuerzas antigubernamentales.
El comienzo de la Guerra
Quince años han pasado ya desde el inicio oficial de la Guerra. Y lo peor es que el goteo de muertos entre los civiles no baja, sino que se crece. El conflicto armado comenzó el 7 de octubre de 2001, con la operación estadounidense “Libertad Duradera” y la británica “Herrick” con la mirada puesta en invadir este país.
La excusa era los atentados de las Torres Gemelas, de los que su culpó por dar cobijo a Osama Bin Laden y Al-qaeda al Gobierno del mulá Omar. El 28 de diciembre de 2014, el Presidente de los Estados Unidos Barack Obama daba por finalizada la misión de la OTAN en la región. El 1 de enero de 2015 comenzaba una nueva fase, denominada Operación Apoyo Resuelto.
Consiste en entrenar y asesorar a las fuerzas afganas hasta fines de 2016. Esto es sobre el papel, pero las últimas noticias que llegan son preocupantes, puesto que se ha tornado un nuevo fracaso. El nuevo líder de los talibán, Mansur, pretende que le juren lealtad. Y esta pugna por el poder podría poner en peligro las negociaciones entre el Ejecutivo afgano y los insurgentes, después de tanto tiempo.
Y por otro lado, la llegada de los yihadistas del Estado Islámico dificulta aún más la llegada de la paz. En total, desde 2009 hasta nuestros días se estima que esta guerra se ha cobrado la vida de unas más de 30.000 personas. Con la retirada de las tropas extranjeras, la capacidad de Kabul de llegar a las provincias ha disminuido y tendrá dificultades para mantener al Ejército con el volumen actual de soldados sin más donaciones multimillonarias. Por lo que el final de este conflicto no parece vislumbrarse en un futuro cercano.
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