Hoy es el Día Internacional de la Libertad de Prensa, declarado por las Naciones Unidas en 1993. Fecha que coincide con la Declaración de Windhoek, cuando fruto de un seminario en Namibia se acordó que es aquello de la libertad de expresión, la necesidad de medios pluralistas, libres e independientes. Premisas que pasan por no permitir la injerencia de los poderes públicos en las redacciones, y la no-concentración de medios en pocas manos.
Pocos dudan del papel fundamental que los medios de comunicación cumplen en la sociedad, contribuye de manera determinante al desarrollo de los sistemas democráticos. Pero, es verdad, que a veces para al poder establecido un buen periodismo se convierte en un enemigo a combatir. Lo demuestra el hecho que según Reporteros Sin Fronteras en este 2015 se hayan registrado ya 20 periodistas muertos, 159 encarcelados junto a otros 13 colaboradores más, y 175 ciudadanos en prisión por expresar sus ideas.
Siguiendo esta línea, que sin periodistas comprometidos no hay periodismo, echo de menos que en el comunicado oficial de la Federación de Asociaciones de Prensa de España, FAPE no haya referencia a esta premisa.
Se habla de cuestiones que no son baladís, y que comparto al 100%, como las cortapisas que impone la Ley Electoral española al determinar los tiempos de las formaciones políticas en los bloques información de campaña. Puesto que obliga a los medios públicos a rellenar esos minutos y segundos establecidos con lo que sea, sin prevalecer los criterios periodísticos, y dejando de lado noticias de otros partidos más pequeños que no tienen representación, y que quizás en ese día se merezcan salir en las teles y en las radios públicas. Este sistema siempre favorece a las formaciones mayoritarias, que gozan de espacio porque sí, y que nos convierte en voceros del bipartidismo.
Por otro lado, en este comunicado se recomienda no acudir a las ruedas de prensa donde no se admitan preguntas, como culpabilizando a los políticos. Muy bien, pero seamos realistas, si los medios acuden es porque algún jefe manda al redactor de turno, y esto no es responsabilidad del partido o de la administración convocante, sino del medio que va. Es más, si un periódico decide no cubrirlo, no importa, ya lo harán otros. Lo que viene a demostrar la desunión que hay en el gremio, y que las empresas periodísticas no están tan preocupadas por el derecho a informar como pudiera parecer.
Y no sigan buscando más en este comunicado, porque en un día como éste la FAPE no tiene nada más que denunciar. Ni siquiera que España ocupe el puesto 33 en el mundo en cuanto a libertad de expresión se refiere, ni tampoco, ninguna referencia a la Ley Mordaza, que supone un claro ataque a este derecho y que lo pone en peligro. Con una normativa que nos limita a todos, no es un derecho exclusivo de los periodistas, sino del conjunto de la sociedad.
Por otro lado, y cambiando de tercio, no hay ninguna autocrítica cuando la credibilidad de la profesión de cara a los ciudadanos ha caído. Por ejemplo, en 2012 Centro de Investigaciones Sociológicas nos da un suspenso, con un 4,5 de nota.
Tampoco, se habla de la precaria situación del gremio, tanto para los que están trabajando como para los que no. De hecho, según la propia Asociación de Prensa de Madrid en uno de sus informes concluye que sólo el 19,2% de los periodistas afirma no haber recibido nunca presiones en el ejercicio de su profesión. Según estos mismos datos en España desde 2.008 hasta 2.014 se han perdido 11.875 puestos de trabajo.
Lo que se traduce según datos del Gobierno en 9.451 periodistas registrados en los Servicios de Empleo como demandantes. Además, muchos compañeros se han tenido que dar de alta como autónomos, no porque tengan un espíritu emprendedor sino a causa de que se ha impuesto el modelo del colaborador, plantilla encubierta que la empresa no quiere pagar por ella a la seguridad social, y por tanto, les obliga a facturarle, lavándose las manos en caso de accidente laboral o baja. Hasta un 31% de los periodistas figuran como autónomos.
Es eso o nada, o te arriesgas a que te pillen trabajando de forma irregular o te pagas tú tu seguro. Al fin al cabo, una tele, una radio o un periódico no deja de ser una empresa, donde lo importante es el beneficio económico, aunque, de cara a la galería sus directores enarbolen la bandera de la defensa del derecho a la información, cuando insisto es un derecho de todos. De los periodistas a informar y de los ciudadanos a disponer de una información de calidad, sin engaños intencionados ni manipulaciones, para poder elegir entre las distintas opciones.
Por eso, no entiendo la tibieza del comunicado que agrupa a las asociaciones de prensa del Reino, ni tampoco, que se anuncie en su web como único acto para la celebración de este día una concentración en Valladolid para mañana, cuando hay tantos motivos para la reivindicación. Curioso es el caso de la Asociación de la Prensa de Málaga, para ella ni existe este 3 de mayo, en su página directamente no se pronuncia al respecto y menos aún convoca ninguna actividad con este motivo.
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