A estas alturas de la historia, aún sigue estando viva la pena de muerte. La tendencia detectada es un incremento en el número de ejecuciones, pero, por contra, cada vez hay más países abolicionistas. A finales de 2013 había 23.392 personas condenadas a morir decapitadas, lapidadas, electrocutadas o por una inyección letal. En ese mismo año, que se sepa 778 murieron en estas circunstancias. Ya que en China se producen ejecuciones sistemáticas de las que no se facilita información, mientras, en suelo norteamericano fueron asesinadas por sus leyes 39 condenados, ocupando el quinto puesto en el ranking mundial. En Arabia Saudí se sospecha que hasta 3 menores fueron ejecutados.
La salvaje e inhumana matanza en una escuela de Pakistán, donde fueron masacrados más de 130 niños por un comando talibán, ha hecho que se esta semana se vuelva a hablar de la pena de muerte. De hecho, el gobierno de este país, en repuesta a este ataque injustificado, ha anunciado que volverá a aplicar este castigo. Lo hará en el caso de terrorismo. Lo que me lleva a varias cuestiones. Cuántos estados aún sigue estando vigente, cuántas ejecuciones se practican al año, por qué o hasta cuándo estuvo vigente en nuestro reino.
Las últimas ejecuciones en España
Lo primero que descubro: España abolió la pena de muerte para todos los supuestos, incluido en caso de guerra, en 1995. De eso hace tan sólo 20 años. Las últimas ejecuciones fueron en 1975. El 27 de septiembre cinco jóvenes fueron fusilados, 3 de ellos eran miembros del aparato político-militar de ETA, y los otros dos del Frente Revolucionario Antifascista y Revolucionario. Una escisión del Partido Comunista que no compartía las tesis de Santiago Carrillo sobre la reconciliación nacional. Creían que había que romper con el horizonte continuista y monárquico que se estaba gestando a la muerte del dictador.
Número de ejecuciones
A pesar de que cada vez se aplica en menos países, por contra, donde el estado mata a sus condenados se ha elevado el número de ejecuciones. Aunque es difícil cuantificar, y las cifras no están actualizadas, ya que los últimos datos oficiales son de 2013. En ese año Amnistía Internacional registró 778 ejecuciones en todo el mundo. Un número incompleto porque China trata estos casos como secreto de estado y no facilita esta información. Se calcula que pueden ser miles, y tampoco, se pudo confirmar que practicara en Egipto y Siria o Corea del Norte.
La virulencia es tal, que el 80% de las ejecuciones se concentraron en 3 países: Arabia Saudí, Irak e Irán. Incluso, estas cifras han supuesto incremento del 15% en relación a 2012, cuando se estima que se mataron por esta causa a 682 personas.
Los números uno en practicar ejecuciones
El primero de los países en este vergonzoso ranking es China, aunque, no se sepa con exactitud su número, seguido de Irán con 369 ejecuciones, Irak con 169, Arabia Saudí con 79, y la justiciera potencia del mundo, Estados Unidos con 39 ejecuciones.
Número de condenados
Ya hemos visto cuantas personas mueren por las ejecuciones que las leyes estatales establecen en los distintos países que aún mantienen la pena capital. Pero, nos falta saber cuantos condenados están a la espera de que se cumpla su pena. Amnistía Internacional asegura que a finales de 2013 existían en nuestro planeta 23.392 personas condenadas a muerte.
Sólo en ese año se condenaron al menos a 1.925 personas en 57 países. Si lo comparemos con 2012, de nuevo, nos encontramos con la paradoja que se mantiene en menos estados, pero, su número es mayor en cuanto a su aplicación, 1.722 condenas de muerte en 58 países.
Método elegido
En cuanto al método elegido para matar a un condenado, los más frecuentes son decapitación, la electrocución, el fusilamiento, la horca y la inyección letal. Sorprende que en determinados países como en Arabia Saudí, Corea del Norte, Irán y Somalia siguen siendo ejecuciones públicas, a vista de quien quiera acudir a tan macabro espectáculo.
Pero hay más, para colmo no todos los ejecutados lo fueron por delitos de sangre, sino que en algunos estados robar, el tráfico de drogas, o delitos económicos, y lo peor, la blasfemia, el adulterio o la homosexualidad te pueden poner delante de un verdugo. Incluso, bajo el epígrafe de delitos políticos se ejecuta a disidentes o presuntos opositores.
Casos extremadamente graves
Escabroso, el caso de Estados Unidos, adalid de los valores democráticos. Sin embargo, en este punto sigue siendo un país donde se sigue aplicando este castigo. En este sentido, es verdad que no en todos los estados está vigente. En el sur sigue estando muy viva. De hecho, hasta el 82% de las ejecuciones se produjeron allí. Sólo en Texas se llevó a cabo el 41% de ellas en 2012.
El Centro de Información sobre la Pena de Muerte estadounidense informó de 80 condenas capitales impuestas en 2013, lo que supuso un ligero aumento con respecto a las 77 registradas el año anterior. Una década antes era aún peor, en 2004 se llevaron a cabo hasta 138 ejecuciones, y en los 90, la media anual era de casi 300 condenas a morir.
Amnistía Internacional denunció que países como Indonesia o Japón en algunos casos no se informaba ni a familiares y abogados de la ejecución inminente del condenado. En otras ocasiones, como ocurría en Arabia Saudí e Irán, ni siquiera se le devolvía a las familias los cadáveres para su enterramiento ni se les decía donde estaban.
Siempre hay algo peor, este organismo internacional, también, alertó que en Arabia Saudí se ejecutó a 3 menores de edad, y que muchas de las condenas se basaban en confesiones sacadas bajo tortura. En Irak e Irán, algunas de estas “confesiones” se emitieron en televisión antes de la celebración del juicio, conculcando aún más el derecho de los acusados a la presunción de inocencia. Por supuesto, ya que no cabe esperar otra cosa, muchos de los juicios se desarrollaron sin las garantías mínimas en la defensa del acusado.
En positivo
La buena noticia es que cada día que pasa las electrocuciones, decapitaciones o inyecciones letales son practicadas en menos estados, según para Anmistía Internacional. Hace unos días, en la Asamblea de Naciones Unidas se votaba una nueva resolución donde se pide una moratoria en las ejecuciones pendientes, con la vista puesta en su abolición en el mundo.
Asegura esta entidad que de los 193 estados miembros, 117 votaron a favor del dictamen, 38 en contra y 34 se han abstenido. Este resultado tiene una lectura positiva, ya que en la anterior votación celebrada en 2012 había seis países menos a favor de su desaparición. Es más, para hacernos una idea más exacta, cuando se fundó la ONU, en 1945, sólo 8 de los entonces 51 Estados miembros habían abolido la pena de muerte. Está claro, a tenor de estos datos, la pena capital cuenta cada vez con menos apoyos.
Hoy en día, en 95 países está totalmente erradicaba de sus leyes, y, en total, 137 la han abolido en la legislación o en la práctica. O dicho de otro modo, en 56 estados aún se puede morir por esta condena, pero son menos países que hace unos años. Según Amnistía Internacional, en 2013 se registraron ejecuciones en 22 países, frente a los 25 donde se aplicó la pena de muerte en 2004.
En conclusión, si sigue esta tendencia es posible que dentro de un tiempo, esta condena sin retorno sea algo del pasado, como indican los anteriores números. Eso sí, aún sigue siendo una realidad demasiada cotidiana en muchos países.
Fuentes y referencias consultadas
1. Informe Amnistía Internacional 2013
2. Datos
3. Países que piden el fin de la pena de muerte
5. Últimas ejecuciones en España
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