Fiesta o tragedia

En este 2015 ya han muerto once personas en distintos festejos taurinos.  En dos de estos incidentes, la   tragedia se desencadenó posiblemente por el uso del móvil.  Desde el año 2000 hasta julio de 2014, en la comunidad valenciana por esta causa han fallecido 44 víctimas, y se han producido más de 8.000 heridos.

Este verano está siendo especialmente trágico por los festejos taurinos. En apenas unos meses,   han muerto corneados por toros o vaquillas entre 7 y 10 personas, dependiendo de la fuente. La mitad de ellos han fallecido en menos de una semana.

Esta temporada negra, algunos hablan de la más desafortunada en las dos últimas década,  ha reabierto un viejo debate, si son seguros o no este tipo de eventos.  Aunque, de momento, esta pregunta sigue sin discernirse, si podemos saber cuantas personas en total han muerto participando en estas polémicas tradiciones. Tratemos de averiguarlo.

Sin datos  públicos del Gobierno

Lo primero que sorprende es que se creó una Oficina Central de Asuntos Taurinos que depende la Policía Nacional, pero, entre sus atribuciones no está el elaborar un registro de estos casos. Fundamentalmente, está destinada a evitar que los toros sean manipulados a través de drogas y otras sustancias que alteren su comportamiento natural, según recoge una resolución de  27 de  abril de 2013.  

 

«Entre las competencias atribuidas por el Reglamento a los presidentes y delegados gubernativos hay que destacar la persecución del fraude por manipulación de las astas de reses lidiadas y adulteración en el comportamiento natural de los animales participantes a través del suministro de sustancias tóxicas y prohibidas.»

 

Así que este organismo tan específico en este sentido no nos aporta nada. Por otro lado, el Ministerio de Cultura, también, muestra estadísticas de lo que denominan al igual que el de Interior, Asuntos Taurinos. Pero, si buceamos por su contenido encontramos información sobre el número de festejos, toreros o escuelas de tauromaquia, y poco más. Sin embargo, para un tema tan importante como el número de accidentes o negligencias  que se producen, que en demasiadas ocasiones causa la muerte, los datos son confusos.

 

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Captura de web del Ministerio de Cultura. Gobierno de España

En consecuencia, por esta vía no llegamos a ninguna conclusión. Habrá que tirar de hemeroteca para solventar nuestra duda inicial.

Balance de este negro verano

Como ya se intuye no hay consenso en el número de fallecidos en estas circunstancias. Según datos del diario Ideal son diez personas. La crónica  negra comenzó el pasado 24 de junio, moría un hombre de 43 años en la fiesta del toro de San Juan de Coria, en Cáceres. Al día siguiente, en un pueblo de Tarragona, celebrando el toro embolado era corneado otro varón.

El mes de julio empezaba fuerte, con la muerte de un hombre de 54 años en los festejos taurinos del barrio del Grau, en Castellón. El día 12, un turista francés de 44 años perdía la vida, fue corneado por un toro en Pedreguer en Alicante. Grababa el encierro con su móvil.

 Y en este Agosto, ya se cuentan seis víctimas mortales. El día 4, fallecía un anciano de 89 años. Veía el encierro de vaquillas de Gata en Alicante,  en una zona acotada y supuestamente segura, cuando el animal metió la cabeza y lo golpeó. Al caer al suelo se desnucó.

El 9 de este mismo mes, un joven francés, también, grababa el encierro de Villaseca de la Sagra, cuando no se dio cuenta de que un toro se le venía encima.  

Más, las cuatro cogidas de este fin de semana, en las fiestas de Museros, Alicante, junto a él de Blanca en Murcia, Peñafiel, Valladolid,  y Lerín en Navarra.

 

Vídeo de Museros (2013)  

 

Otros años

A este 2015 hay que sumar otra víctima mortal de mayo, un joven corneado en Benissa, también, en la provincia alicantina. En total suman once personas muertas en distintos encierros y festejos taurinos,  muchos de ellos en el Levante. 

Si comparemos estos números  en relación a otros años, la conclusión es fácil, este 2015 está siendo especialmente trágico. Supera ya a 2009, con 10 fallecidos. Por contra, 2014 se saldó con uno solo, y en 2013 murieron de esta forma cuatro personas. 

 

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Evolución por años. Gráfico: @lagatoflauta

En estos números llama la atención que muchas de estas muertes se han producido en las fiestas de los bous, en la comunidad valenciana. Pues, de esta celebración si se disponen de datos oficiales, aunque sea de manera indirecta. La diputada de Esquerra, Esther López Barceló, en julio de 2014 solicitó a las Cortes que se prohibieran. Su argumento fue la seguridad, en entredicho, tras resultar herida de gravedad una joven de 23 años. 

Para dar profundidad a su propuesta recopiló todos los casos que se habían  producido desde que la Generalitat aprobara el decreto de regulación de los bous al carrer, con cifras de la Conselleria de la Gobernación. Esto es desde 2007 hasta cuando presentó su propuesta, en el verano anterior. El resultado,  22 víctimas se había cobrado esta fiesta  sólo en su región   más 4.527 heridos.

Si echamos la vista atrás, desde 2000 hasta julio de 2014 la cifra se elevaba a 44 muertos y 8.000 heridos en 6.139 festejos, desarrollados en 285 municipios de esta comunidad.  Cantidades que, al menos, deberían invitarnos a la reflexión.

Bous al carrer. Foto: Ajuntament De Vilamarxant
Bous al carrer. Foto: Ajuntament de Vilamarxant

Posibles causas

En principio, sería irresponsable determinar una única causa de estas muertes que se han producido cuando las víctimas estaban en una «peligrosa fiesta». Es evidente  que acudir a un encierro con toros conlleva asumir un riesgo, pero, hay algunos factores que hacen esta práctica sea aún más arriesgada para la vida de los asistentes. Entre ellos están la falta de experiencia, la masificación en estas celebraciones, el abuso del alcohol y otras drogas, el cansancio tras una noche de desfase, y por supuesto, la poca eficacia en las medidas de protección que se toman por parte de los organizadores. 

También, hay que reconocerlo,  la imprudencia de los participantes puede estar detrás de estas muertes que se podían haber evitado. De hecho, en dos de los fallecimientos de este 2015 estuvieron presentes distracciones por el uso del teléfono móvil.

Precisamente, esto no es una cuestión sin importancia. En los sanfermines fotografiarse en un encierro está multado entre 700 y 1.500 euros, que se puede subir hasta los 3.000 euros de sanción si se pone en peligro  la seguridad de la carrera.

Por eso, acudir a este tipo de festejos es una cuestión seria, ya que no existe el riesgo cero para sus asistentes, y todo hace indicar que cualquier precaución es poca. 

  

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