La lucha de los padres de los estudiantes desaparecidos en el Estado de Guerrero en 2014 ha servido para mostrar la punta del iceberg de esta realidad. Nadie sabe con exactitud el número de personas que han desaparecido de manera forzosa. Se sospecha que podrían ser hasta 300.000. y en el caso de los niños y adolescentes las ongs hablan de hasta 400.000. Entre las razones para estas desapariciones se apunta la complicidad entre las mafias y el Gobierno. De hecho, la impunidad es tal, que buscando a los estudiantes se han descubierto varias fosas comunes sólo en la ciudad de Iguala.
A todos nos conmocionó la desaparición de los 43 estudiantes de Iguala, en el estado mexicano de Guerrero. Pero, investigando en la red, me temo que estos jóvenes no son los únicos.Vienen a sumarse a una larga lista de personas de las que no sabe su paradero. Es tal el problema que en 2011, el Gobierno se vio obligado a crear una base de datos donde gracias a la información de las fiscalías y procuradurías se llevaría a cabo un registro de las personas no localizadas.
Lo que me lleva a preguntarme dos cuestiones básicas, cuántas personas son víctimas de estas desapariciones forzosas y por qué están ocurriendo.
Contradicciones en los datos oficiales
El Gobierno cifra el número de desaparecidos a 31 de diciembre de 2015 en 27.659 personas, según recoge la prensa del país. Se establece que los zonas con más personas de las que se les perdió la pista son Taulipas, Estado de México y Nuevo Léon.
Por otro lado, organizaciones relacionadas con la defensa de los derechos humanos afirman que su número podría ser mucho mayor. No se denuncian los casos de vagabundos, extranjeros o miembros de comunidades que están más aisladas. De hecho, algunas fuentes hablan de hasta 30.000 personas desaparecidas. Solamente en 2013 serían casi 19 mil las personas desaparecidas, es decir 51 desapariciones por día, más de dos desapariciones por hora.
Según el periodista italiano, afincado en México, y autor del libro «Ni vivos ni Muertos», y coautor de un documental titulado de igual modo, Federico Mastrogiovanni, este número se quedaría muy corto. Tan sólo una de cada diez personas denunciaría una desaparición. En consecuencia, podrían ser hasta 300.000 los desaparecidos forzosos desde 2006 a 2014.
Por otro lado, las mismas ongs en este pasado mes de mayo de 2014 , antes de la crisis de los 43 estudiantes, acusaron al Gobierno de México de tratar los datos con poca seriedad y sensibilidad. Un mes antes en abril cifraron la cantidad de los desaparecidos en 8.000, y en menos de 30 días después en 16.000. Lo que provocó las protestas de los colectivos que trabajan en ayudar a los familiares de los que se desconoce su destino.
Mientras, los diarios latinoamericanos llegan a la conclusión de que nadie conoce con certeza su número real. Así lo dice El Universal en su información titulada Desaparecidos: ni el Gobierno sabe cuántos son. Lo argumenta explicando que a existen 3 bases de datos oficiales; pero, sus resultados difieren tanto entre sí, que no ofrecen credibilidad.
Por lo que no se puede saber con exactitud cuántos son. Lo único que parece claro, ya que todas las fuentes lo apunta, es que cada día desaparecen más personas en México sin saber cómo ni el porqué.
Perfil de desaparecido
De acuerdo con los datos oficiales entre los de Fuero Federal y los del Fuero Común, el mayor número de desaparecidos pertenecen al intervalo de edad de entre 20 a 40 años.
Y en su mayor parte varones frente a las mujeres. En consecuencia, su perfil es claro, hombres adultos.
Sin embargo, las ongs alertan de un dato muy preocupante, 3 de cada 10 extraviados son menores y 7 de cada 10 son mujeres. En su mayoría chicas adolescentes. La respuesta a esta discrepancia está en la denuncia reiterada que hacen las asociaciones de desaparecidos. Aseguran que podrían sumar más de 400.000 casos. Lo achacan al crimen organizado y al tráfico de personas internacional que genera un volumen de negocio de 30.000 millones de dólares. Es decir, al dinero que genera las actividades delictivas relacionadas con la explotación sexual.
Mientras tanto, las familias afectadas lo pierden todo. Abandonan su trabajo o venden sus propiedades, en búsqueda de sus hijos, y no encuentran el apoyo que deberían. Aterrador.
Causas de estas desapariciones forzosas
Aunque, a estas alturas podemos intuir lo que está sucediendo en México. En el caso de los niños y adolescentes, la directora de Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, Teresa Ulloa, insiste en la anterior teoría, la explotación sexual, que cuenta con la complicidad del Estado. Asegura que junto con el negocio de la droga y la trata de personas en esta parte del mundo supone el 40 por ciento del PIB. Es decir, demasiados intereses económicos que chocan con la justicia.
En la misma línea está el periodista, Federico Mastrogiovanni. Acusa al Gobierno, la mafia y el narcotráfico de ser la misma cosa. Está convencido de que el Estado es parte y protagonista de este sistema mafioso, que hace desaparecer a miles de personas. Es más, afirma que cuando un familiar trata de denunciarlo se encuentra con amenazas que tratan de amedrentarlo.Es decir, se enfrenta a la impunidad de la que goza el crimen organizado.
Incluso, sospecha que mafia y Gobierno se han unido para limpiar las zonas donde los recursos naturales son ricos. Con el apoyo de policías y militares generan terror en las regiones que deben ser controladas por las grandes empresas nacionales e internacionales. Para ello, cita varios ejemplos, como la zona de Guerrero, una de las mayores productoras de amapola y marihuana. Pero, hay más, se ha publicado en la prensa que una empresa canadiense invertirá 728 millones de dólares en abrir una mina de oro. Se estima que generará un beneficio de 3.000 millones de dólares.
Y la ultima pregunta que me queda por resolver, dónde acaban los restos de las personas desaparecidas. Por desgracia, las fosas comunes se multiplican en México. Nadie ve nada y nadie sabe nada.
Para hacernos una idea de esta triste realidad, buscando a los 43 estudiantes de Iguala han aparecido, a 21 de diciembre de 2014, aparecieron 15 fosas sólo en esta ciudad, de las que oficialmente se desconocía su existencia. Increíble. A pesar del paso del tiempo, casi 18 meses, aún no se ha resuelto el paradero de estas víctimas. Una prueba más de la impunidad con la que desaparecen miles de mexicanos al año.
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